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Foto del escritorMartha Patricia Pinzón Alarcón

LA VERDADERA MÁSCARA DE LOS HÉROES


Fotografía: Agencia de noticias EFE.


Esta historia comienza cuando tuve que ir a un control anual médico y era requisito tener la prueba del COVID-19. Sinceramente considero que fui afortunada en la atención brindada por la Fundación CardioInfantil, ya que la prueba la realicé el lunes 20 de julio a las 9:15 a.m., y el martes 21 de julio a las 10:00 a.m. recibí la llamada de confirmación del resultado de la prueba, la cual gracias a Dios, fue negativa.


La primera heroína que me atendió el 20 de julio era una auxiliar de enfermería, cuya única protección era su tapabocas, ella tomó mis datos y me condujo por un pasillo que parecía eterno, donde abrió la última puerta y allí me esperaba mi segunda heroína. Ella está sola en un cuarto esperando que lleguen cientos de pacientes que requieren confirmar si son portadores del virus, sus minutos en la Clinica son de peligro permanente, sigue su vocación y decide continuar ayudando a detectar casos positivos para alcanzar a tomar las medidas necesarias para salvar vidas, y proteger a las que aún se encuentran sanas. Ella vestía un traje especial, gafas, tapabocas y una careta que complementaba que no ingresará absolutamente nada del exterior.


Al recibir una atención tan bondadosa, desinteresada y cariñosa, la miré a los ojos al despedirme, y le dije “En nombre de Colombia, muchísimas gracias por continuar trabajando todos los días, para que todos continuemos con vida”, ella se conmovió y me despedí retirándome rápidamente del lugar, seguí el pasillo y me despedí de la auxiliar de enfermería reiterando mi agradecimiento.


Cuando volví el 22 de julio a continuar con mi control médico, este día si había bastante movimiento, y el primer impacto fue observar cómo desde el área administrativa hasta el cirujano más prestigioso, se encontraban en sus puestos de trabajo con toda la disposición y energía para enfrentar el día, detrás de la careta, gafas y tapabocas, se alcanzaba a evidenciar los ojos de esos héroes que no se rinden.


Mientras esperaba en admisiones, de repente se creó un cordón de seguridad con personal con paletas de pare y siga, quienes despejaron el área, y se visualizó como si fuera en cámara lenta, un paciente en su camilla con tres héroes a cada lado con su respectivo traje y máscara de seguridad, que lo acompañaban a enfrentarse con la enfermedad y hacer lo posible para salvarlo, se percibía su tenacidad y valentía al estar empujando la camilla, transmitiendo la tranquilidad de que estaba en buenas manos y ellos no los abandonarían, y detrás de estos 6 héroes, venia un séptimo que iba aplicando desinfectante al aire con una mano, y con la otra mano iba desinfectando el piso. Después de aproximadamente 10 minutos permitieron el tránsito por la zona después de una limpieza exhaustiva.


Ver esta imagen de un paciente ingresando en vivo y en directo, y no a través de las noticias o vídeos que circulan, fue realmente impactante. Es darse cuenta realmente que nuestros héroes son el personal médico que arriesga su vida por nosotros todos los días. Se ocultan bajo una máscara que protege sus vidas también, y aunque su corazón puede estar con temor de morir en la causa, no permite que decaigan, sino que continúen atendiendo y fortaleciendo a cada paciente que ingresa, porque la realidad es que si no tienes COVID-19 te prestan el servicio, pero si tienes COVID-19 también. Aquí no hay distinción, aquí hay un amor increíble y sin medida.


Estoy profundamente agradecida con todo el personal médico de Colombia y el mundo, en este caso particular que viví, gracias a la Fundación CardioInfantil por sus cuidados y atenciones, en todo mi procedimiento me sentí muy afortunada, es sorprendente el amor que transmiten a sus pacientes, desde la enfermera que procuro traerme una cobija para no sentir frio, hasta la doctora que utilizó un traje super especial para poder atenderme y brindarme tranquilidad en mi control.


La verdadera máscara de los héroes se queda marcada en sus rostros, porque todo el día deben usarlas, mientras están luchando por procurar salvar vidas y detener el incremento de este virus.


Convivir con el virus no significa dejarnos contagiar, cuidémonos para que el trabajo de estos héroes no sea en vano, ayudémonos entre todos, y especialmente, dejemos de quejarnos por tener que usar el tapabocas por unos minutos o una hora mientras salimos, recordemos a los médicos que los utilizan todo el día, además de dejar de quejarnos por seguir en nuestras casas, recuerden que estos médicos están alejados de sus familias para proteger las nuestras. Tomemos conciencia y ayudemos a nuestros héroes para que también regresen a casa pronto, con la tranquilidad de abrazar a sus familias sin ningún riesgo.


MARTHA PATRICIA PINZÓN ALARCÓN

24/07/2020

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