Al cumplir tres días de cuarentena y tras la confirmación de 93 casos de coronavirus en Colombia, la palabra exageración comienza a cobrar mayor sentido, cuando se trata de cuidar la vida y permanecer aislados, con el objetivo de no sufrir las consecuencias de la falta de responsabilidad de algunos.
Nada es exageración cuando se trata de cuidarnos y cuidar a los que están a nuestro alrededor, que probablemente son las personas que más queremos. Tomar las medidas y recomendaciones impartidas por el Gobierno no debe ser difícil, estamos ante una emergencia mundial, no es una emergencia o capricho local, y debemos aprender o al menos escuchar lo que ha pasado en otros continentes para protegernos.
Así es, el coronavirus en la mayoría de casos no es sinónimo de muerte, pero sí de vulnerabilidad, de caos y pánico. ¿Por qué no evitarlo cuando diariamente se confirma la muerte? ¿Por qué no evitarlo cuando ya miles de personas han sido afectadas por no tener un cuidado básico, o “relajarse” con el hecho de que hay pocos infectados? Tenemos pocos infectados, por lo tanto, procuremos que sigamos así.
Estamos a tiempo de evitar que el virus continúe propagándose, son dos semanas de control que podrán ayudar a prolongar la vida de nuestros seres queridos y de los demás con los que debemos convivir a diario.
Precisamente es el momento de la precaución, la idea es que el virus no logre dimensiones aterradoras para todos, por eso, debemos procurar permanecer en casa, las personas que pueden hacer teletrabajo que lo hagan, y por supuesto, evitar aglomeraciones y multitudes que no son necesarias. Es un sacrificio de dos semanas, que puede salvar vidas, no seamos egoístas creyendo que estas medidas son una exageración, seamos conscientes y agradecidos de que lo que se quiere es evitar lo peor.
El mundo se encuentra vulnerable, por eso en vez de quejarse, es momento de aprovechar o recuperar ese tiempo con la familia con la que convivimos y solo podemos ver, por mucho, cuatro horas diarias, es momento de demostrar a nuestros jefes que se puede trabajar de manera alternativa sin perjudicar el rendimiento y responsabilidad de cada uno, es momento de agradecer por los recursos, alimento y salud que tenemos.
Con la ayuda de todos podremos evitar la propagación de este virus, es hora de pensar en los demás, de ser solidarios y no exponernos. Entre más rápido actuemos, más rápido se podrá combatir esta crisis que ha puesto al ser humano en situación de vulnerabilidad, pero que a la vez, ayudó a mejorar y limpiar el aire que respiramos, intentando volver al equilibrio natural donde debe sobrevivir todo ser vivo.
El coronavirus no nos está obligando a permanecer en casa, nos está ayudando a ser conscientes de lo vulnerables que somos y a abrir los ojos hacia la solidaridad.
MARTHA PATRICIA PINZÓN ALARCÓN
18/03/2020
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