Recordemos los momentos felices, que esperamos volver a vivir pronto. Foto: Noviembre 2019
Cada uno vive la cuarentena a su modo y en las circunstancias que puede, hoy cumplí 43 días de estar en mi apartamento con la compañía de mi novio, y hasta el momento, estamos tranquilos, felices y disfrutando del tiempo que nos ha otorgado esta contingencia.
Durante esta cuarentena he realizado teletrabajo, los primeros días se mostraba muy relajado mientras todos nos acostumbrábamos a lo virtual, e íbamos entendiendo y conociendo los mecanismos para poder comunicarnos y seguir adelante, posteriormente a la semana, el trabajo aumentaba progresivamente, y ahora ya todos logramos adaptarnos obligatoriamente a esta forma de sustento que incrementa al pasar los días, sin embargo, a medida que pasó el primer mes, mis superiores tomaron la decisión de disminuir la intensidad horaria ,y en consecuencia, la disminución del salario. Es evidente que en algún momento resultamos todos afectados, pero al parecer el problema no es el trabajo, lo que más me ha inquietado es el desespero de la mayoría por estar en casa, me pregunto entonces, con quién vivirán que no lo aguantan.
Desde mi perspectiva, es sencillo observar que las cosas no han cambiado sustancial o drásticamente, sino al contrario, ha mejorado nuestra calidad de vida, aquellos que dicen estar encerrados en casa, acaso no estaban encerrados en una oficina durante 8 horas, y 3 más en el transporte público, acaso eso no es peor. Ahora vivimos “encerrados” en casa, compartiendo un desayuno sin afán, almorzando en familia, compartiendo en las noches por más tiempo, descansados, sin estrés y especialmente, no nos descargarnos con nadie por un día laboral y tráfico desesperante.
Para muchos es difícil enfocarse en lo positivo y en el agradecimiento, por eso, considero que sí es el momento de recalcar que es la oportunidad de reencontrarse con los que solo veíamos en las mañanas y noches a las carreras, de descansar, andar descalzos o en pantuflas, usar ropa cómoda, hacer siestas, aprender o descubrir nuevos talentos, de experimentar en la cocina y de organizar por fin lo que teníamos pendiente.
Todo es cuestión de actitud y de hacerse el ambiente, de ver en el fondo qué provecho puedo sacar de las situaciones, pero es común ante la dificultad, quejarse y rendirse. Basta de tanta queja, no estamos conformes con nada, cuántos de nosotros no contábamos las horas en el trabajo para regresar a casa, y ahora irónicamente no queremos estar dentro de ella. Hay que ser conscientes de los regalos y oportunidades que nos brindan, la cuarentena es para disfrutarla, aprovechar cada momento con los que queremos, porque no sabemos qué viene después o cuándo podremos pasar más de 40 días junto a ellos, sin interrupción alguna.
Es el momento de volver a aquello que nos hace feliz y no podemos disfrutar por estar lejos, buscar en nuestro interior y dejar aflorar cosas que no sabíamos que éramos capaces de hacer, y claro, hay muchos que no están trabajando, pero no se desesperen haciendo lo posible por buscar qué hacer, un simple abrazo prologando con tu ser querido, será el mejor tiempo gastado. Espero que no termine la cuarentena y te pregunten qué hiciste y tu respuesta sea “trabajar”, “había mucho trabajo”.
Espero puedan contar todas las cosas maravillosas que pudieron hacer en familia, compartir fotos de los momentos vividos, coleccionar recuerdos de cuando estuvieron en cuarentena, y ser felices por vivir esta experiencia, que sólo está dejando, que la prueba de amor más grande que podemos dar, es permanecer en casa, porque si nos cuidamos, cuidamos a los demás.
Disfrutemos el reencuentro con aquellos que decimos amar, esta situación nos refleja cada día lo vulnerables que somos, siempre hay alguien en peor situación, así que valoremos lo que tenemos, y démonos cuenta de lo afortunados que somos realmente.
MARTHA PATRICIA PINZÓN ALARCÓN
29/04/2020
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