Cuando no tuve más opción que comprar un tiquete con una pequeña escala de 13 horas, no lo podía creer, además era mi primer viaje sola, sola, sola. Entonces la mente empezó a jugar a retarme, para saber si sería o no capaz de sobrevivir.
Mi destino era Hamburgo, pero por ser temporada alta, el tiquete más “económico”, me ofrecía esta alternativa de una escala en el aeropuerto de Newark, por lo tanto, después de lamentarme por el eterno viaje, vi la posibilidad de conocer Nueva York, es decir, que pensaba cómo en 13 horas no iba poder hacerlo, ya que llegaba sobre las 6:15 a.m. al aeropuerto y hasta las 7:40 p.m. tenía mi vuelo de conexión, ¿será que no se alcanzaba a ver algo?, ¿será que no podía aprovechar el tiempo y conocer un lugar nuevo? o ¿mejor me quedo quieta en la sala de espera para no correr riesgos?
Después de varias semanas decidida a emprender esta aventura, y saber que por lo menos vería la estatua de la libertad y me devolviera corriendo al aeropuerto, empecé a recibir consejos de personas que habían ido a Nueva York y me explicaban cómo conocer lo básico, pero también como raro, no faltaron las personas que tu estando seguro de lograr algo, te decían “No alcanzas”, “Mejor no correr el riesgo”, “Uno no sabe qué pueda pasar allá”, “Que tal la vean sola y le pase algo”. Es aquí donde les recuerdo, que a veces el no escuchar, nos salva, y si crees en algo, continua tus planes.
Finalmente, con la seguridad de seguir mi instinto y organizar bien todo, a una semana del viaje, me encontré con la persona correcta. Él había estado en Nueva York un mes antes, y tenía mapa, tarjeta del metro, recorridos y todo muy fresco en su cabeza. Decidí dejarlo en sus manos y confiar en qué me indicara un mini tour con cuatro lugares para conocer bien en Nueva York y vivir la experiencia, básicamente que preparara un mapa para principiantes, con colores, paradas, números grandes en el orden en que debía hacer todo, y que me diera la bendición.
Llegó el día del viaje, un domingo a las 11:40 p.m., un vuelo que sin duda no duermes bien por estar pensando o estar ansioso por lo que viene. Llegué a Newark sobre las 6:00 a.m., y dije “A correr”, pero no me alcanzó el impulso, cuando me dijeron que debía recoger mi maleta y volverla a pasar por el counter debido a la escala tan grande. Llegué al counter y me dijeron que debía esperar hasta las 9:00 a.m. para poder entregarla, y fue mi primer grito mental de “Nooooooooooo”.
Vi la hora, y decidí ir a desayunar para que pasará el tiempo, ya con la mente más clara y el estómago lleno, decidí volver a hacer cara de “ayúdame por favor”, para que me recibieran la maleta y no perder dos horas en el aeropuerto, por lo tanto, a la nueva señorita que estaba, le expliqué que quería conocer Nueva York y que contaba con el tiempo exacto, y ahí me dijo “dame 10 minutos y te ayudó”. Para sorpresa, siendo las 7:00 a.m. logré entregar mi maleta y ahí si salir corriendo a Nueva York.
Lo primero según las instrucciones, era tomar el AIRTRAIN, este transporte me llevaría a la estación del tren que me conduciría a Nueva York. Llegué a la estación del tren, pagué 12 dólares y emprendí mi viaje. Aproximadamente fueron 30 minutos, y al bajarme pregunté si efectivamente estaba en el punto “A” señalado en el mapa para principiantes que me entregaron.
Primer destino: Puente de Brooklyn
Tomé mi primer metro, y gracias al mapa de principiantes, iba haciendo seguimiento a cada estación, asombrada de la rapidez y organización, llegué en menos de 10 minutos a la estación Fulton Street. Allí según el mapa, debía caminar (Los puntos marcados, indican caminar), salí de la estación y como siempre falla la dirección, de no saber si ir hacia la derecha o izquierda, o subir o bajar, pregunté para estar segura, mostrando orgullosa mi mapa, y me indicaron hacia donde ir y empecé a caminar.
Cuando vi el puente, fue increíble la sensación de haber logrado llegar a mi primer destino sola, fue un sentimiento de empoderamiento, de que lo que quieres puedes lograrlo si tienes la motivación y la determinación de hacerlo. Empecé a caminar muy sonriente, pero avanzaba y avanzaba y no llegaba a la mitad del puente. Aproximadamente te demoras más de una hora en este lugar, les aconsejo alquilar una bicicleta o patineta eléctrica si están cortos de tiempo, en mi caso, ya había avanzado lo suficiente para devolverme, así que cuando me vi con el tiempo encima, decidí llegar a la mitad, tomar la foto y devolverme casi trotando.
Segundo destino: Estación de ferry. Staten Island
Luego de volver al metro y revisar mi siguiente estación, logré llegar a mi segundo destino, la estación Whitehall Street. Apenas sales del metro ya te están ofreciendo el plan en ferry, que no bajaba de 30 dólares, pero como ya me habían informado que era gratis, hice caso omiso y me dirigí al puerto de ferries. Claro que pueden tomar este tipo de excursiones, pero les llevará más tiempo, y también si deciden bajarse en la estatua de la libertad, les llevaría aproximadamente 4 horas este tour.
Llegué sobre las 9:15 a.m. al puerto y sólo tuve que esperar 15 minutos para subirme al ferry, ya que éstos parten cada media hora. Llegué justo a tiempo. El paseo por este medio de transporte es de una hora a hora y media, logras ver la estatua de la libertad y Manhattan completamente. Fue maravilloso estar en el ferry sintiendo el viento de verano, y admirando el monumento más emblemático de Nueva York, así es, estaba en la capital del mundo.
Tercer destino: Empire State
Tras bajar del ferry emocionada, volví a dirigirme al metro para mi siguiente destino, subir hasta la cima del Empire State. En el primer piso me encontré con King Kong y no pude evitar tomarme la foto, luego me encontré con la caja para pagar los 47 dólares que me permitirían subir hasta el piso 86, y así poder admirar a Nueva York en todo su esplendor.
El sentimiento fue de satisfacción al ver qué tan lejos había llegado, con mi mapa para principiantes y mi tarjeta del metro, pude estar en la cima del edificio donde han grabado tantas escenas de películas y series, que se quedan grabadas en la memoria y quieres vivir. Miré la hora y volví a aterrizar, ya era mediodía, así que descendí para mi último destino.
Cuarto destino: Times Square
El consejo para este último destino era caminar desde el Empire State para sentir Nueva York, y me encantó la experiencia, caminé aproximadamente media hora, estaba en la 34 Street y necesitaba llegar a la 49 Street, fue una caminata provechosa, donde conocí, me tomé fotos y me dejé perder por la magia de Nueva York.
Tras preguntarles a varias personas si iba por el camino correcto, unas estudiantes me dieron la buena noticia de que sólo me faltaba cruzar la calle para encontrarme con las pantallas de Times Square. Empiezo a dejarme llevar por la emoción de finalizar este recorrido que me dijeron no alcanza a hacer, y recorrí sus calles, que realmente me habría gustado más ver de noche, pero de igual manera fue increíble estar allí, en especial ver el teatro de Broadway.
Finalmente, sobre las 2:30 p.m. me dirigí a la estación de buses para mi retorno al aeropuerto, al cual llegué a las 3:00 p.m., es decir, si puedes conocer un poquito de Nueva York en una escala, es suficiente una mañana si vas organizado, y seguro podrás conocer muchísimos más lugares, pero con estos cuatro destinos que me aconsejaron estuve muy feliz y sentí Nueva York.
No importa que los demás lo crean imposible, tu sal y aventúrate a conocer nuevos lugares y emociones, has que todo sea posible si crees en ti. Estos momentos son fugaces, pero la vida es un regalo que dura muy poco. Si se te presenta una escala como la mía o con menores horas de espera, no dudes en salir a conocer, no vale la pena quedarse sentado en una sala, vale la pena admirar el mundo.
Pasamos entre 8 y 9 horas sentados en el trabajo, sólo recuerden todo lo que pueden hacer en este periodo de tiempo, vivan al máximo y aprovechen los días.
MARTHA PATRICIA PINZÓN ALARCÓN
09/07/2019
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