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DOLOR: POR QUÉ LO SENTIMOS?



No es sencillo expresar nuestras emociones, al parecer nos han educado para ahogar ciertos sentimientos para ser más fuertes, pero esto realmente es bueno?


Qué es el dolor, por qué se manifiesta tan fuerte en nuestro cuerpo, por qué lloramos sin cesar?, Estas y más preguntas son las que nos hacemos cuando sentimos decepción, emoción, algo en el pecho que no podemos explicar, o simplemente las lágrimas empiezan a salir sin poder parar.


La Dra. Indira Sophie Romero Rodríguez, médico cirujano, especialista en auditoria y máster en VIH de la Universidad Nacional de Colombia, me acompaña en la primera parte de este artículo para dar un concepto objetivo del por qué sentimos estas emociones, y entender qué pasa realmente en nuestro cuerpo.


Lo anterior con el fin de poder encontrar una respuesta a ese llanto descontrolado, a ese nudo en la garganta, a ese dolor de cabeza que nos destruye al recibir una noticia o sufrir un altercado, o en última instancia, cuando perdemos las fuerzas, nos sentimos débiles y perdemos el apetito al sentirnos tristes.


“Cuando estamos frente a una emoción que nos genera dolor, el sistema límbico (la parte de nuestro cerebro que se encarga de las emociones) estimula la producción de adrenalina, la cual a su vez aumenta los niveles de cortisol, esta respuesta sostenida puede llevar a aumento de la glicemia sanguínea, depresión de la respuesta inmune, elevación de la tensión arterial, incluso hay una señal al sistema inmune, es por eso, que cosas como el apetito se ven comprometidas”, explicó la Dra. Romero.


Todos hemos atravesado por un mar o una montaña rusa de emociones, y al expresarnos quedamos con ese silencio profundo donde nuestra mente empieza a pensar “¿Por qué reaccioné así?”. El dolor en cada uno de nosotros se manifiesta de manera diferente, pero el dolor no tiene significado, un por qué o reglas que lo rijan, simplemente se hace presente al despertar de una anestesia, al enterarnos de la muerte de un ser querido, al ver un bebé canalizado, al enfrentarnos a una enfermedad, al decepcionarnos del amor, perder un amigo, entre otras, donde se concluye que el dolor se siente cuando nos dejamos afectar porque alguien o algo nos causó daño.


Una manera muy común de expresar o enfrentar el dolor, es llorar, en muchos casos es un estímulo involuntario que no podemos controlar, pero también que nos ayuda a desahogar o retirar ese nudo en la garganta que intenta hundirnos.


De acuerdo a lo anterior, me pregunté “¿Por qué se producen las lágrimas?”, a lo que la Dra. Romero nos reveló lo siguiente: “La lágrima es una película liquida producida por la glándula lacrimal que se extiende sobre el ojo, su principal componente es el agua, pero contiene además proteínas y enzimas. Las lágrimas se producen ante varios estímulos, uno de ellos es la reacción a la sequedad ocular, pero existe otro que no es tan fácil de explicar y es el llanto emocional.


Las lágrimas producidas por un sentimiento como la tristeza, se deben a que el sistema límbico se conecta al sistema nervioso autónomo y actúa sobre las glándulas de forma involuntaria, por lo tanto, incontrolable para el ser humano”.


Ahora bien, por qué nuestra reacción al ver o sentir estas lágrimas desbordas, tratamos de evadirlas, controlarlas o ahogarlas, incluso si vemos a alguien llorando, nuestra reacción lógica es “Por favor no llores”. El ser humano intenta a toda costa no mostrarse débil, evitar el sufrimiento del otro, y aparentar estar fuerte.


La Dra. Flor Alba Moreno Cañón, Psicóloga de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD y Magister en Educación de la Universidad Externado de Colombia, soporta la segunda parte de este artículo para que podamos comprender desde la perspectiva emocional por qué el cuerpo siente dolor.


“El cuerpo es un instrumento que sirve para conectarnos con el mundo, su función es comunicar, reflejar lo que sentimos de alguna u otra forma, ya sea con expresiones positivas o negativas como es el dolor. Las emociones son tan poderosas que, aunque la persona intente ocultarlas se trasladan a una dimensión física, sensorial hasta llegar a sentir dolor corporal”, expresó la Dra. Moreno.


Enlazando la respuesta de la Dra. Romero sobre la producción de las lágrimas, quise abordar la misma pregunta a la Dra. Moreno, quien respondió lo siguiente: “Seguramente a nivel biológico es demostrable el proceso de la producción de las lágrimas, sin embargo, el ser humano es un universo diferente y complejo desde su individualidad que explicar cómo se producen las lágrimas emocionales sigue siendo un enigma, quizás son una reacción química y un medio de dar a conocer a quienes nos rodean, lo que sentimos y pensamos”.


Me encantó poder recibir esta última explicación, las lágrimas son “un medio de dar a conocer a quienes nos rodean, lo que sentimos y pensamos”, y es que así es, las lágrimas no solo son el reflejo del dolor, éstas aparecen cuando nos conmovemos por algún gesto o detalle bonito, cuando estamos extremadamente felices y el cuerpo se expresa derramando “una lágrima de felicidad”, pero también está cuando escuchamos algo que no queríamos escuchar y pensamos en la decepción y el cuerpo emite rápidamente esta reacción de una lágrima.


Que positivo es que el cuerpo pueda expresar a través de una lágrima un sentimiento de dolor, felicidad o tristeza, así quienes están a nuestro alrededor no podrán ser indiferentes a nuestros sentimientos y sobre todas las cosas se podrá detectar o detener a tiempo aquello que causó tanto dolor. No dudes en expresarte, el que alguien vea en ti una lágrima podrá generar en él un sentimiento de ayuda o preocupación, que te servirá de apoyo para afrontar por lo que estás pasando.


El cuerpo no miente, los demás podrán ver en tu lágrima sinceridad, por eso no te ahogues creyendo que guardando los sentimientos te haces más fuerte, lo que te hace más fuerte es ser valiente para expulsar tus sentimientos y/o pensamientos hacia el mundo.

“La conexión entre las emociones y el cuerpo está fuertemente ligada, el callar, el pretender ignorar lo que se siente frente a un sin número de situaciones a las que se enfrentan cotidianamente las personas y no expresar los sentimientos puede ocasionar enfermedades físicas y psicológicas, incluso en casos extremos puede llevarnos a la muerte.


Y es aquí donde llorar se convierte en una acción liberadora, renueva las emociones negativas por las positivas, permite exteriorizar el estado de ánimo sin importar si eres mujer o si eres hombre, sin prejuicios sociales.


Es importante prevenir enfermedades, y cobra importancia comunicar, exteriorizar las emociones, pedir ayuda profesional, ser escuchado y escucharnos a nosotros mismos para encontrar soluciones positivas frente a lo que nos genere tensiones emocionales.


A la escuela y a la sociedad le hace falta enseñar a expresar, a comunicar, a trabajar en educación emocional, es una deuda con el ser humano. Es fácil decir controla las emociones, pero hace falta enseñar a reconocer las emociones para saber cómo direccionarlas cómo hacer procesos desde la niñez”, concluyó la Dra. Moreno.


Finalizo reiterándoles que si algo debemos hacer con fuerza es expresarnos, como gritar cuando queramos, llorar cuando estemos heridos o felices, pero lo más importante, hablar cuando necesitemos ser escuchados.


Entre más intentes ocultar el dolor, tu cuerpo se manifestará gritando que algo te pasa.


MARTHA PATRICIA PINZÓN ALARCÓN

05/02/2020

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