Realmente es difícil escribir sobre el debate de la vida y la muerte, o de lo que está bien o mal, y es difícil porque cada uno tiene derecho a opinar y pensar diferente, eso es correcto, pero cuando se trata de alguien que no puede decidir, ¿Tenemos el derecho de elegir por él? ¿Eso si es correcto?
Esta nota tiene como fin expresar mi sentimiento de tristeza al enterarme de un aborto a los siete meses de gestación, que patrocinó Profamilia sustentado en defender los derechos de las mujeres.
Es claro que hay tres causales para practicar el aborto en Colombia: 1) Malformación del feto, 2) Embarazo producto de abuso sexual, 3) Embarazo que pone en riesgo de muerte a la mujer. Sin embargo, trato de entender en cuál de estas tres causales se logró justificar la muerte de un bebé de siete meses, perfectamente formado, sano y que siente.
Es increíble observar cómo dos familias (De la madre y del padre), amigos, y demás familiares, no lograron encontrar o persuadir a una joven en crisis, que para mí, decidió acabar con la vida de un inocente. No cabe en la mente, que una mujer pueda sentir cómo se forma vida dentro de su cuerpo, como a través de su voz el bebé recibe un estímulo y empieza a moverse, a sentir y a VIVIR, y no digo que fue “fácil”, pero esta mujer sí logró tomar la vida de otro ser y decidió terminar con ella.
Fueron siete meses de vida, por supuesto que se podía hacer algo, por ejemplo, que una de esas familias se hiciera cargo, o contemplar la adopción, pero jamás decidir la muerte cuando no estaba justificado.
Es real que la mujer decide, pero intento entender quién podrá en algún momento defender esa pequeña vida que asesinaron al apagar su corazón de la manera más cruel.
Una vez más queda demostrado como la falta de información, de ayuda profesional, de simplemente escuchar a alguien, termina en tragedia y en consecuencia, en víctimas inocentes.
Todos los involucrados en este aborto tienen conciencia, desde el profesional que logró tomar ese bebé en sus brazos y decidir suspender su oxígeno, porque todos sabemos que hay bebés que no logran llegar a los nueve meses, pero que con ayuda de incubadoras o programas canguro, logran sobrevivir.
Son vidas inocentes y vulnerables que requieren de nuestra ayuda para poder vivir. MUJERES, debemos defender la vida, no terminar con ella.
MARTHA PATRICIA PINZÓN ALARCÓN
12/02/2020
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